DOS SANTOS, DOS CELEBRACIONES
Cada 28 de octubre, el santoral católico recuerda a dos de los profetas mártires del cristianismo y de los primeros seguidores de Jesús: San Simón el Zelote y San Judas Tadeo.
El primero es poco conocido y aún poco mencionado en el Nuevo Testamento. San Judas, en cambio, es un santo muy reconocido que goza de una gran popularidad entre los cristianos y es conocido como «El patrón de las causas perdidas».
Sus devotos le agradecen por milagros imposibles recibidos. Algunos creyentes atribuyen sus milagros a su cercanía con Jesús, ya que, según la tradición católica, eran primos. Sus milagros son reconocidos a nivel mundial y hasta aparece mencionado en varias películas del cine hollywoodense.
El otro es un santo popular conocido como San Simón, Maximón, Machimón o Monchito, como le dicen sus seguidores. Nacido de la fe indígena guatemalteca, su origen se remonta a los tiempos remotos de la colonia.
La leyenda
Según cuenta la leyenda, fue un hombre bueno que ayudó a los pobres, quienes lo consideraban su protector. Después de su muerte, lo convirtieron en un santo. En El Salvador, el Santo pagano tiene muchos seguidores que le celebran fiestas en los santuarios repartidos por todo el país, siendo los principales el de Cuyultitan, San Vicente y San Miguelito en San Salvador.
Tanto a San Judas como a San Simón, los fieles les celebran llevándoles velas y ofrendas florales. Sin embargo, en el caso de Maximón, la fiesta es más popular e incluye bailes, licor, puros y música popular.
La celebración de los dos santos son dos formas de demostrar la fe y pone de manifiesto el artículo 19 de la Constitución, que establece la libertad de cultos y el derecho de todas las personas a profesar libremente su religión.
El templo de San Simón en San Miguelito, quizá sea el más grande y lujoso que se ha construido en El Salvador. Su inauguración está prevista para octubre de 2025 o 2026.
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