ENTRE LA LUCHA Y EL BILLAR

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Roberto Reyes tradujo su nombre y bautizó el billar como el “Bobby Kings”, en 1968 su padre Francisco Recinos compró el negocio y se lo entregó como una herencia. Ahora Roberto tiene 75 años y ha pasado la administración a su hija María de Los Ángeles Reyes.

El billar está situado en la esquina de 12 Avenida Sur y la 2ª. Calle Oriente en el corazón del Barrio Zurita al Oriente de Centro Histórico de San Salvador y es un negocio popular al que acuden en su mayoría hombres mayores que juegan cartas, dominó y por supuesto billar, Una hora en una mesa cuesta dos dólares y las mesas de cartas y dominó
$0.30 por cuatro jugadores y $0.50 por dos jugadores.

 

Aunque Roberto ha dedicado parte de su vida al negocio del billar su verdadera pasión fue la lucha libre, por eso el lugar está decorado con murales de luchadores que marcaron una época en la década de 1967 a 1977 década en que Roberto luchó bajo la máscara de La Momia Negra y que le trae recuerdos de la Arena Metropolitana y de los luchadores técnicos como El Águila Migueleña, el Sordo Mudo Cruz, Huracán Ramírez, Fantomas, El Magnífico, el Olímpico y los rudos entre ellos El Apache, El Bucanero, El Diablo Rojo, Al Copetes y por supuesto La Momia Negra y un medio centenar más.

 

El billar también cuenta con dos pequeños cafetines en uno se vende comida casera y en el otro café y agua gratis para los jugadores de las maquinitas. Es un lugar de sano esparcimiento a donde los que juegan naipes apuestan con fichas y donde no se venden bebidas alcohólicas. El Barrio Zurita está a tres cuadras al Oriente del Parque Libertad bajando por la Segunda Calle y el billar está en la esquina de la 12 avenida por si desean darse una vuelta.

 

HISTORIAS  OSCURAS DE LA LUCHA

 

La lucha libre de los años 60 y 70 era algo así como el segundo deporte nacional, los periódicos le daban una amplia cobertura que incluía páginas completas de fotos de los combates de la noche del sábado en los suplementos de los lunes deportivos. Una noticia que causó conmoción entre los amantes de la lucha fue la muerte del Águila Migueleña, El joven luchador técnico se mató de un balazo jugando a la ruleta rusa mientras bebían con sus amigos y compañeros de parranda después de unas de las jornadas.

 

Algunos rudos han sido retratados por algunos reconocidos escritores como “torturadores” de la desaparecida Policía Nacional PN, asegurando que trabajaban en “El Castillo Grayskull” aplicando llaves y picanas a gente de izquierda y opositores al gobierno en los gobiernos militares. Una novela que cuenta esta leyenda urbana es La Sirvienta y el luchador de Horacio Castellanos Moya.

 

Ahora solo quedan los recuerdos, la pandemia de COVID 19 ha dejado pocos clientes en el local que sigue funcionando frente a La Plazuela Zurita.


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