Vacaciones a la salvadoreña
Desde hace una década, El Tunco se ha convertido en un destino turístico de extranjeros y surfistas con un poco más de dinero.
A El Majahual llegan autobuses atiborrados de turistas de barrios y colonias del gran San Salvador para disfrutar de las olas del mar, los sabrosos cócteles de conchas, camarones y ostras a precios económicos. Desde un dólar, los frutos del mar van acompañados de cervezas o de un litro de licor de marcas populares.
En la playa desfilan jóvenes en minúsculos bikinis hasta señoras en sendos fustanes o enaguas con brasier que se acompañan de un huacal para bañarse con el agua del mar.
Lo que no falta son los partidos de fútbol, los enterrados en la arena o los paseos a caballo; además de los cócteles de frutas y las minutas (granizadas) para aplacar un poco el calor.
Son días de cierto libertinaje en que los salvadoreños dan rienda suelta al descanso aunque, según la tradición, estas vacaciones deberían ser para retiros espirituales y para participar en actos religiosos de la iglesia católica que conmemora la vida pasión, muerte y resurrección de Jesucristo durante la tradicional Semana Santa.
Acá comparto las tradiciones y costumbres de los desbocados por gozar de su tiempo libre en las merecidas vacaciones a la salvadoreña.
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